*En el instante que los músicos comienzan a tocar las primeras partituras, el tiempo se detiene y Margarita vuelve a aquellos años en los que cada fin de semana salía con su esposo a bailar danzón en el puerto de Veracruz
Inés Tabal G.
Veracruz, Ver.- Una mujer menudita, de pelo canoso, llama la atención con su vestido rojo. Se mueve por la explanada del parque Zamora al compás de la música de danzón que deleita a las personas reunidas a su alrededor.
Con pasos delicados, pero firmes, Margarita se mueve hacia delante, luego da un paso atrás, mientras sostiene la mano de su pareja. De pronto se detiene y sin prisa le vuelve a explicar que así no iba el movimiento, para después incorporarse.
La mujer de 86 años, con un aire de elegancia, se le dibuja en el rostro una sonrisa cada que está en la pista. Se mimetiza con las demás personas, jóvenes y en su mayoría adultos mayores, quienes disfrutan este baile originario de Cuba y que los veracruzanos adoptaron como suyo.
Cada tarde de domingo el parque Zamora, recién remodelado, se engalana con la presencia de casi una docena de parejas que se reúnen para disfrutar las tardes danzoneras.
En el instante que los músicos comienzan a tocar las primeras partituras, el tiempo se detiene y Margarita vuelve a aquellos años en los que cada fin de semana salía con su esposo a bailar.
Son casi cinco décadas en las que lleva bailando este género musical. Ella puede jactarse de ser de las primeras precursoras que hicieron de este baile una tradición para el puerto de Veracruz.
“A mí me encanta el danzón, aunque puedo bailar otras cosas, pero esto es lo que me gusta. Me hace recordar los años en los que viajaba con mi esposo. Todo lo vivido”, cuenta.
Mientras toma un descanso y se aleja del bullicio, cuenta que aprendió sus primeros pasos gracias a su esposo, quien era fanático del rito cubano. Ella se casó a la edad de 16 años y a los 20 aprendió a bailar.
“Yo viajé mucho con mi esposo gracias al danzón. Y como les enseñaba a los muchachos que comenzaban y niños, fue por eso que me llamaban de varios estados para que fuera a bailar y enseñarles a las nuevas generaciones”, cuenta Margarita
Ahora que su esposo falleció trata de seguir con esta tradición que preservan cientos de parejas jarochas y que contagian a las demás generaciones.
En la década de los treinta este baile comenzó a popularizarse en la ciudad. Fue tanto su auge que en 1991 lo inmortalizaron en el cine con la película que lleva el mismo nombre protagonizada por la actriz María Rojo.
En la actualidad aún sigue vivo, gracias a personas como Margarita que comparten sus conocimientos con las nuevas generaciones y que a través del baile recuerdan a sus seres queridos.
“Yo les digo a los muchachos, a los jóvenes, que bailen. Lo que les guste, pero que bailen, si les gusta el danzón, pues órale. No hay nada mejor que pasar tu vida bailando, porque así se disfruta más”.
La dama del danzón se vuelve a reincorporar a la pista con las demás parejas, las luces del parque poco a poco se encienden y el viento se lleva la música a cada rincón de este lugar que cada domingo se llena de alegría.